viernes, 1 de junio de 2012


1.1 PROYECTOS APLICADOS A LA REDIMENSIÓN AFECTIVA Y COMPORTAMENTAL.

1.1.2 LAS TECNOLOGÍAS EN EL DESARROLLO

DE   COMPETENCIAS Y LA COMUNICACIÓN.



En la actualidad, la sociedad se desenvuelve en una etapa de continuos cambios desde distintos ámbitos, tales como, impactos políticos, relaciones de mercado, la globalización, la incorporación de nuevas tecnologías de información, entre otros. Estos hechos conllevan a la educación hacia la búsqueda constante de procesos que le permitan adecuarse a los cambios científicos y tecnológicos y sitúan, la actividad educativa en un plano importante, que traspasa muchas veces el aula de clases, así pues las reformas educativas, tienen como fundamento la necesidad de responder a los requerimientos que plantean las nuevas relaciones entre sociedad, conocimiento, comunicación y educación.
 
Hoy en día, las exigencias de la sociedad, economía y política, tienen implicaciones educativas directas, ya que demandan al sistema escolar nuevas competencias intelectuales a la altura de los cambios tecnológicos en su tarea formativa, capaces de responder al contexto social donde se desenvuelve, es decir, las transformaciones económicas, políticas y sociales le confieren al sistema educativo la responsabilidad de generar el conocimiento para el desarrollo de los cambios futuros en la sociedad. Esto implica revisar modelos educativos, redimensionar la labor del docente, las estrategias utilizadas y los aprendizajes logrados.

Se parte de la idea, que el escaso manejo de las tecnologías en el proceso de enseñanza-aprendizaje puede estar relacionado con la actitud que los alumnos, actores fundamentales de la educación, tienen frente a las nuevas tecnologías, ya que para la ejecución de conductas vinculadas a su desempeño en el aula, necesita una predisposición hacia la investigación de las nuevas estrategias de educación, y es en las actitudes donde cae el mayor peso, debido a que ellas cumplen un papel mediador en la necesidad del uso de las tecnologías. En este caso, el objeto actitudinal y la ejecución del mismo, es decir, la respuesta, relacionándolo con los pensamientos y sentimientos que tienen los sujetos hacia el manejo de las nuevas tecnologías de información y comunicación, de manera de conocer los beneficios o perjuicios de la conducta adoptada.

La comunicación, como todo proceso que implica relaciones humanas, es muy compleja, sobre todo si se trata de motivar, orientar, convencer, distribuir funciones o, en otras palabras, dirigir procesos sociales, por lo que resulta de gran significación para los docentes. Existe consenso entre los estudiosos de la dirección de que no es posible concebir la acción de dirigir sin que existan las comunicaciones. Por esta razón se plantea que el proceso de dirección es esencialmente un proceso de comunicación social.

Incluso, el objetivo que se supone alcanzar dentro de cualquier organización podrá lograrse únicamente a través del uso de comunicación, pues en la actividad de dirección se indican objetivos, se establecen coordinaciones, se aclaran responsabilidades y se delega autoridad. Se hacen también retroalimentaciones, se persuade e impulsa a los profesores y demás agentes educativos, se estimula, se sanciona y son utilizadas en reuniones, despachos, controles, negociaciones y contactos. De igual forma, la función educativa y formadora del dirigente, especialmente del educacional, depende de manera esencial de la comunicación que éste establece, dentro de las competencias.

Todo ello implica que el éxito de la puesta en práctica de cualquier estrategia de desarrollo de una institución depende, de manera esencial, de la comunicación que establece el maestro con el alumno y los familiares de este, y que una de las competencias esenciales que debe poseer dicho dirigente, como requerimiento indispensable para su desempeño profesional, es la competencia comunicativa.

Puede afirmarse que la persona que no haya desarrollado sus competencias comunicativa en correspondencia con la actividad que ejecuta carecerá de un instrumento fundamental para concebir y desarrollar exitosamente una reunión, dirigir un proceso, delegar autoridad y motivar a sus colaboradores hacia el cambio necesario, por lo que es preciso dirigir de manera consciente los esfuerzos hacia su desarrollo en los dirigentes, y la principal vía a utilizar es la capacitación.

Esta compleja tarea eleva de modo particular la necesidad de dotar a los maestros de una preparación sólida y eficiente que les permita resultar competentes, comprender y asumir los cambios que tienen lugar en el mundo actual, así como potenciar la preparación y actuación de sus subordinados en función de la misión de la institución, apoyándose en el uso de tecnologías, que le permitan dar un aprendizaje de calidad.
 
Así mismo, es importante resaltar, que a pesar de la influencia ejercida por parte de los docente sobre los alumnos en el aula, existe un porcentaje de estos alumnos cuya actitud hacia el uso de las tecnologías se hace presente en cada una de las áreas de su vida, especialmente en el aula, donde éstos pueden destacarse dentro de la misma, gracias a la buena disposición que tienen hacia el manejo de ese cúmulo de herramientas, las cuales no sólo le permiten un mejor aprendizaje, sino también la fácil incorporación a cualquier ambiente de trabajo, por su capacidad de abrirse a los cambios continuos y hacer frente con propiedad a los nuevos desafíos que se les pueden presentar a lo largo de toda su vida, por lo tanto la comunicación va de la mano con el uso de las tecnologías, mismas que desarrollan habilidades tanto en el alumno como en maestro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario